Traducción: Un espacio propio: líderes de las sororidades de UNI honran más de un siglo de tradición

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  • El Consejo Panhelénico de UNI trabaja bajo cuerda para coordinar en cojunto la vida sororidad.

  • Para responder al reclutamiento bajo, las sororidades de UNI todavía están trabajando a restorar el sentido de comunidad y el nivel de involucramiento presente antes de la pandemia de COVID-19.

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LIA MURILLO and LUIS ALVAREZ

Mallory Schmitz, Escritora

Lia Murillo y Luis Alvarez. Traductores invitados

Lia Murillo y Luis Alvarez son estudiantes del curso SPAN 3159 Translation for Heritage Speakers, dirigido por el Prof. Juan Carlos Castillo.

La estudiante de UNI, Cassie Williams, siempre ha sabido que quería ser parte de una sororidad. Sin embargo, desde los primeros días de reclutamiento en su primer año, se encontró con una comunidad en UNI con vínculos más fuertes, raíces más profundas y vastas oportunidades más allá de lo que esperaba inicialmente.

“Correr hacia casa el día de selección fue probablemente la primera vez en la universidad que sentí que sabía dónde encajaba. Sé quién es mi gente”, dijo Williams. “Creo que eso me ha brindado el mejor sentido de pertenencia”.

Ese deseo de pertenencia es exactamente lo que trajo las sororidades a los campus universitarios en primer lugar. Ana Muell es la actual presidenta del Consejo Panhelénico de UNI, una junta estudiantil de seis miembros que supervisa la vida de las sororidades en general en el campus.

“Las primeras mujeres que pudieron asistir a la universidad son las que crearon las sororidades”, dijo. “Eran lugares donde las mujeres podían estar seguras y podían reunirse y hablar sobre cosas de las que querían hablar en un lugar que no era un espacio masculino”.

La primera sororidad de UNI, Sigma Phi, se formó en 1896. Se fusionó con otra sororidad local en 1918 antes de afiliarse a nivel nacional con Alpha Chi Omega en 1968. Aunque Alpha Chi Omega es una de las cinco sororidades nacionales que ya no están activas en UNI, las mujeres hoy pueden participar en cualquiera de las seis sororidades existentes en el campus, incluyendo cinco sororidades de la Conferencia Nacional Panhelénica y una sororidad cultural, Lambda Theta Alpha Latin Sorority.

Al crear un espacio para la pertenencia, las primeras líderes de las sororidades también crearon un espacio para el crecimiento. Williams ha progresado desde ser solo un miembro de la sororidad a ser co-vicepresidenta de reclutamiento en el Consejo Panhelénico de la UNI.

“Nunca había sido una líder en la escuela secundaria o antes de la universidad, así que la vida en la sororidad fue la primera vez que siquiera consideré asumir un cargo de liderazgo, y fue porque mis hermanas de la sororidad y otras personas de la comunidad me dijeron ‘deberías postularte como co-VP de reclutamiento, creo que harías un muy buen trabajo’. Y esa fue la primera vez que realmente me sentí empoderada para hacer algo así”, dijo Williams.

Laura Harms, la otra co-vicepresidenta de reclutamiento, ha tenido una experiencia similar a través de la vida griega.

“Si volviera atrás, nunca habría esperado obtener tanto como lo hice”, dijo Harms. 

“Se me han dado infinitas oportunidades de liderazgo, y continúan surgiendo, y he crecido enormemente como líder desde que me uní a la vida de la sororidad aquí en el campus”, dijo.

Si bien las tres mujeres entrevistadas hablaron de sus experiencias ricas y positivas en la vida griega en UNI, tampoco ha sido sin sus luchas. Muell se unió por primera vez a su sororidad durante la pandemia de COVID-19, cuyos efectos todavía se sienten en muchas organizaciones estudiantiles en el campus, incluidas las fraternidades y sororidades.

Según los informes académicos de UNI Fraternity & Sorority Life, en el otoño de 2019 antes de la pandemia, 309 mujeres estaban activas en las sororidades del campus, lo que equivale al 6,22% de las estudiantes en el campus.

En comparación, según Muell, a partir del 31 de enero de 2023, las sororidades de UNI tenían aproximadamente 147 miembros activas, lo que equivale a aproximadamente el 3% de la población de estudiantes universitarias a tiempo completo.

Además, el semestre pasado se produjo la salida permanente de la fraternidad Pi Kappa Alpha del campus de la UNI debido a la falta de nuevos miembros, lo que demuestra los grandes efectos que el bajo reclutamiento puede tener en las organizaciones griegas. 

Como respuesta a la menor participación debida a los efectos de la pandemia y a la disminución de la inscripción en UNI, Muell dice que tanto ella como el consejo Panhelénico están tomando medidas para aumentar la participación.

“En este momento estamos trabajando en cambiar un par de cosas, especialmente internamente, porque hemos comenzado a darnos cuenta de que tanto el reclutamiento como la retención son un problema para nosotros”, dijo ella.

Al abordar la retención, Muell dijo que el actual consejo ha estado trabajando para organizar más eventos para todas las sororidades y así ayudar a unir a la comunidad. Además, los capítulos individuales han estado trabajando en abordar sus propios problemas internos.

“Es algo a largo plazo. Realmente lo es, pero creo que hay pasos que podemos tomar para intentar iniciar ese cambio y convertir a nuestra comunidad en una comunidad nuevamente, después del COVID”, dijo ella.

Sin embargo, las sororidades con poblaciones de miembros más pequeñas no siempre son algo malo. Para Harms y Williams, el tamaño pequeño de la comunidad de sororidades de UNI, en comparación con otras universidades, es parte de lo que hace que la experiencia sea tan especial.

“Creo que, a veces mirando desde afuera hacia adentro, ves todos estos diferentes capítulos, pero realmente la comunidad está muy unida y todas nos apoyamos constantemente”, dijo Harms. “Considero a todas en la comunidad como mis amigas de una forma u otra. Incluso si no hemos hablado cara a cara, hay algún tipo de conexión allí”.

Williams agregó: “Hay muchos estereotipos en torno a la vida griega, y entiendo de dónde vienen muchos de ellos, especialmente de universidades más grandes y universidades del sur especialmente. En UNI, en lugar de tener 200 personas en una sororidad, donde no hay forma de que puedas conocer a todo el mundo, tenemos alrededor de 30 miembros en cada capítulo, por lo que puedes acercarte mucho a todas”.

A pesar de cuánto ha cambiado la vida en las sororidades desde 1896, las líderes de hoy quieren mantener viva la visión de sus fundadoras.

A veces pienso en nuestras fundadoras y en todas las cosas por las que probablemente tuvieron que pasar, y estoy agradecida de que ellas hicieron esto”, Muell dijo. “Ni siquiera puedo imaginar cómo sería la vida si no hubiéramos tenido esos espacios seguros cuando asistimos a la universidad, y estoy muy agradecida de que pudieran hacer eso y crear esta cosa increíble de la que puedo ser parte ahora”.

Harms tomó una postura similar, diciendo: “aprecio todo lo que la comunidad de la vida de las sororidades ha hecho y todo lo que sigue haciendo porque cada día nos estamos desafiando a nosotras mismas y a nuestras ideas, y creo que eso es una gran parte de la historia de las mujeres, es seguir desafiando tus ideas y no solo quedarte cómoda. Creo que la vida de la sororidad es el trampolín perfecto para ello”.

“Hemos seguido sin quedarnos cómodas y continuamos creciendo y empujándonos a nosotras mismas y aprovechando esas oportunidades que a veces son incluso más difíciles de asumir porque pueden ser tan grandes”, dijo ella. “Pero cuándo te empujas a ti misma, llegas a estas posiciones increíbles. Empujarme a mí misma para entrevistarme para un puesto en Panhel fue aterrador, pero ha sido la oportunidad más gratificante y me estoy convirtiendo en la persona que soy hoy debido a eso”.